En el
paper anterior, habíamos diferenciados las relaciones sociales
tomando como variable el tiempo de duración. En tal sentido habíamos
identificado relaciones sociales permanentes, continuas y
transitorias y a su vez dentro de ellas relaciones de cooperación y
de conflicto. (ver en este blog Una aproximación al abordaje de los
conflictos)
En
esta oportunidad y ya teniendo en cuenta esa diferencia, nos
detendremos en las relaciones de conflicto sin olvidarnos de los
distintos tipos de relaciones mencionadas anteriormente.
Si
los conflictos los definimos como aquella percepción incompatible de
objetivos entre dos o mas personas que se interrelacionan
entre si y que cada una depende de la otra para lograrlos,
necesitaremos pensar en algunas variantes antes de escoger nuestra
estrategia de abordaje.
Remarco
con negrita esos dos aspectos en la definición adoptada pues al
abordar el conflicto, son dos aspectos que debemos considerar.
Los
objetivos (propios y ajenos) y la relación que mantenemos con la
otra parte serán importantes para poder elegir esa estrategia y lo
veremos a continuación.
En un
conflicto, puede suceder que esté interesado en lograr mis
objetivos, aquello que deseo, sin importarme que la otra parte logre
los suyos. Dicho de otra manera, puede que me interese obtener lo que
quiero a costa de que el otro pierda sus objetivos (Ganar-Perder)
En
este caso voy a competir con la otra parte, sin
importarme la relación que nos une, para poder lograr lo que
realmente quiero.
Por
el contrario, puede ser que me importe más conservar la relación
con la otra parte que obtener mis objetivos en esa relación de
conflicto.
Teniendo
en cuenta esos dos aspectos, podemos ver 4 estilos de abordajes de
conflictos:
Estilo
Competitivo: En el cual priorizo el resultado por sobre la
relación. Es decir me interesan mis objetivos y no me interesa la
relación, ni los objetivos del otro. Por ello compito con el otro
para poder ganar mis objetivos. En este caso la conducta a
desarrollar es más bien agresiva para poder ganar.
Estilo
Acomodativo: En el cual se le asigna mayor importancia a la
relación que se mantiene con la otra parte que a los objetivos que
tengo en la relación conflictual. En este caso me importa no romper
la relación y que la otra parte logre sus objetivos, que los mios
propios. Aquí perdemos algo ahora para ganar mas adelante. Nuestra
conducta en este caso será más pasiva y de acomodación a los
objetivos del otro.
Estilo
Evitativo: En este caso no me interesa ni la relación con la
otra parte, ni tampoco me interesa el resultado. Es decir, puede
suceder que no tenga interés en enfrentar el conflicto. Algunos
autores refieren que la evitación es una de las primeras reacciones
frente a los conflictos. La conducta en este caso a desplegar está
relacionada con la evitación. (ver Moore, Christopher, El Proceso de
Mediación. de. Granica. 2006, p. 29 y sgtes.)
Cooperativo:
En el que me muestro interesado no sólo por los interés propio, sino
también por los de la otra parte, por lo que me interesa el
resultado y la relación que mantengo con quien tengo esa relación
de conflicto. En este caso la conducta a desplegar será más de
colaboración, tratando de encontrar objetivos propios, ajenos y
comunes para poder satisfacerlos conjuntamente.
Compromiso:
Algunos autores agregan este estilo como una variante intermedia, a
utilizar por ej. en situaciones complejas para poder alcanzar tratos.
Se requiere rapidez, precisión y sentido táctico y en casos donde
el tiempo no alcanza para desarrollar procesos de colaboración, esta
es una buena opción. (ver Los caminos de la negociación, Franc
Ponti, Edit. Granica, 2007, p. 34.)
En la Matriz de Thomas y Kilman se refleja lo antedicho.
Presentado
someramente estas formas de abordar los conflictos, cabe preguntarnos
si existe alguna forma mejor que otra y frente a ello notar que
predomina en nosotros un estilo por sobre los demás.
En
realidad, si analizamos con mayor detenimiento cada situación
veremos que en cada una podremos y deberemos cambiar nuestro estilo
de abordaje frente al conflicto, pues como ya sabemos, no todas las
relaciones conflictuales son iguales ni tienen las mismas
características.
Por
ello lo recomendable es identificar que tipo de relación social
tenemos con quien tenemos un conflicto y en ese caso, elegir nuestra
estrategia teniendo en cuenta las personas y los objetivos en juego.
Entre
las preguntas a realizarnos al menos podriamos pensar las siguientes:
¿
Cuál sería la forma de abordar el conflicto más conveniente en un
caso de relación social permanente o continua?
¿
cuál en caso de conflictos con quien tengo una relación
transitoria?
¿ En
qué casos podría abordar un conflicto de manera acomodativa?
¿
Suelo evitar los conflictos? En caso de que asi sea, ¿cuál sería
la estrategia que desarrollaría cuando ya el conflicto sea imposible
de continuar evitando?
Puede
resultar complejo y desde ya les adelanto que no hay una forma mejor
o peor, sino que podrá ser más o menos conveniente una forma de
abordaje que otra.
Por
eso antes de abordar el conflicto hay que hacer un análisis más
amplio y ver en que situación nos encontramos, contar con la mayor
información posible para luego desplegar nuestras acciones, acordes
al estilo que hemos decidido emplear.
En una
próxima entrega, irán algunos ejemplos prácticos para que puedan
reflexionar sobre sus estilos de abordaje.
Muy bueno, como siempre!!! Adelante, saludos
ResponderEliminar