Una oportunidad para el cambio.
Anteriormente hemos
caracterizado a los conflictos como proceso dinámico, inevitable,
multicausal y con variadas posibilidades de resolución.
En esta oportunidad
analizaremos otro aspecto importante.
Muchos de nosotros al
vernos envueltos en una situación de conflicto, sentimos y lo
vivimos como algo negativo que nos sucede. Pensamos y deseamos no
haber tenido que vivirlo, analizamos que hemos hecho para
encontrarnos en esta situación hoy en dia.
Sufrimos pensando en las
consecuencias que nos dejará ese conflicto, aún antes de intentar
analizarlo y mucho menos enfrentarse a él estratégicamente.
Sin embargo ese carácter negativo que le asignamos a los conflictos podemos atribuirlos a
varios factores que integran nuestra percepción del mismo y en parte
se vincula también con ciertas creencias y también a la influencia
cultural que recibimos.
A continuación veremos
algunos de esos factores:
- El enfoque competitivo: Las partes en conflicto compiten entre si pues creen que los objetivos que tiene cada uno de ellos es incompatible con el del otro y la única manera de obtener el suyo es ganarle al otro.
- La influencia emocional: Un conflicto suele aumentar las cargas emocionales de las partes, al punto tal que impiden pensar con claridad. Cuando nos domina la ira, la ansiedad, el rencor, la culpa se rompe el equilibrio existente entre las emociones y la razón. Asi el dominio de la primera nos aleja de tener un enfoque más racional en el abordaje de los conflictos.
- La influencia comunicacional: Al tomar conciencia que entramos en conflicto con alguien, uno de los primeros aspectos que suele verse afectado es la comunicación. Posiblemente nuestra comunicación se verá afectada, empobrecida ( por ej. por concentrarnos en degradar al otro o de desprestigiarlo, antes que entenderlo) y hasta interrumpida (no queremos hablar con la otra parte). Ello porque hasta inconscientemente nos inclinamos a relacionarnos con quienes nos “llevamos bien” o con quienes coinciden con nosotros. Es dificil mantener una comuniación fluida con quienes tenemos diferencias y en parte esto se debe a la influencia emocional.
- La rigidez de los compromisos: Suele suceder que a medida que una parte desafía a la otra, ésta última suele estar menos dispuesta a retroceder y se “atrinchera” en su posición, volviéndose su pensamiento más rígido y asi retroalimenta al aspecto emocional y comunicacional.
- Ampliación de las diferencias: En situaciones de conflictos las partes suelen prestar más atención a las diferencias que a las similitudes que suelen tener entre ellos. Dicho de otra manera, se suelen focalizar en todos los aspectos negativos y opuestos que tienen y se olvidan de todo lo bueno y positivo que tiene esa relación. Esta perspectiva suele distanciar más a las partes, lo que implica un esfuerzo menor en encontrar puntos en común.
- Problemas confusos: Los principales problemas se vuelven confusos, las partes suelen traer temas que no están relacionados con el conflicto. Abundan las generalizaciones y la poca claridad en las expresiones. Por ello, al suceder eso, es difícil entender lo que quieren las partes.
- Percepción errónea: Al intensificarse un conflicto, las partes suelen tener percepciones distorsionadas. Focalizan el conflicto desde su perspectiva, califican a las personas, a favor o en contra de ellas.
- Aumento del conflicto: A medida que aumenta el conflicto, las partes se polarizan cada vez más, colocándose cada vez más en posición defensiva y a su vez, piensan que en la medida que puedan ejercer más presión sobre el otro, lo obligarán a rendirse.
Naturalmente que como
decíamos al inicio, todo esto existe en nuestra mente y no en el
conflicto en sí.
Es uno mismo, quien
frente al conflicto adopta una actitud de negatividad, de asertividad
o de indiferencia.
Reconocer a los
conflictos como neutros o carentes de valor y darnos cuenta que
nuestra actitud es la que puede mejorar frente a ellos, nos otorgará
una ventaja a la hora de enfrentarnos a una situación conflictiva,
pues ya dependemos de nosotros mismos y no de otros.
Como hemos visto
anteriormente, no podemos pensar en una sociedad sin conflictos, pero
si podemos pensar en una mejor predisposición frente a ellos, para
gestionarlos de manera efectiva.
Espero que les sea útil.
Continuará...
Fuente: “ Fundamentos
de Negociación” Roy J. Lewicki, Bruce Barry, David M. Saunders.
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