miércoles, 15 de julio de 2015

Porque siempre hay otra versión de la historia, les dejo "El otro Cuento"


A menudo contamos nuestras historias o escuchamos la historia de quien ha vivido una situación de conflicto.
Curiosamente en esas oportunidades, esa persona que nos cuenta esa historia en la que no advertimos que haya hecho nada extraño sino que sus males provienen de la incomprensión, de la falta de comprensión de la otra parte, de la falta de entendimiento, pero en todos los casos siempre parece que "su" historia es la verdadera.
Les dejo un cuento que nos enseña que siempre que hay una historia hay otra versión de la misma. Espero que les guste y les ayude a reflexionar...

"El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo ordenado y limpio. Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos excursionistas, sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi venir a una niña vestida de una forma muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisiera que la vieran. Andaba feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie, quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunté quién era, de dónde venía, a dónde iba, a lo que ella me contestó, cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo. Me pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque, cortando flores. De repente, sin ningún remordimiento, mató a un zancudo que volaba libremente, pues el bosque también era para él. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.
La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegué me abrió la puerta una simpática viejecita, le expliqué la situación y ella estuvo de acuerdo con que su nieta merecía una lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista hasta que yo la llamara y se escondió debajo de la cama.
Cuando llegó la niña, la invité a entrar al dormitorio donde estaba yo acostado, vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó, sonrojada y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran para oírla mejor. Ahora bien, me agradaba la niña y traté de prestarle atención, pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos saltones. Ustedes comprenderán que empecé a sentirme enojado. La niña tenía bonita apariencia, pero empezaba a serme antipática. Sin embargo, pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban a verla mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizó. Siempre he tenido problemas con mis grandes y feos dientes, y esa niña hizo un comentario realmente grosero. 
Sé que debí haberme controlado, pero salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y diciéndole que eran así de grandes para comerla mejor. Ahora piensen ustedes: ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a correr por toda la habitación gritando y yo corría detrás de ella tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr, me la quité, pero fue mucho peor. La niña gritó aún más. De repente, la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo miré y comprendí que corría peligro, así que salté por la ventana y escapé.
Me gustaría decirles que éste es el final de la historia, pero desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho tiempo sin que corriera la voz que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme. No sé que le pasaría a esa niña antipática y vestida en forma tan rara, pero sí les puedo decir que yo nunca pude contar mi historia. Ahora ustedes ya lo saben”.
(Tomado de Material educativo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos)

martes, 7 de julio de 2015

No más conflictos de Josep Redorta


Les presento una nueva obra relacionada al análisis de los conflictos. En esta oportunidad se trata del libro No más conflictos de Josep Redorta, un autor al que descubrí a partir de otra de sus obras, titulada Emoción y Conflicto, escrita en colaboración con Meritxel Obiols y Rafael Bisquerra, del cual hablaremos en otra oportunidad.

El budismo afirma que la felicidad y la desdicha son una manera de ser o un arte de vivir. Probablemente, uno de los factores que inclina la balanza en un sentido u otro son las decisiones que vamos tomando en cada uno de los pequeños o grandes conflictos que afrontamos a lo largo de nuestras vidas. El conflicto es inherente al ser humano en la medida que nuestros deseos o expectativas se enfrentan a la realidad o a los deseos y expectativas de los otros.” “La felicidad no consiste en evitar los conflictos, tarea imposible sino en la forma en la que seamos capaces de resolverlos y podamos aprender de ellos.” Asi arranca el prólogo de esta obra, con las palabras de Pilar Jericó.

La obra se divide en 3 partes:
En la primera de ellas el autor analiza el nuevo mundo en las organizaciones, con sus cambios social, cultural y económicos, cada vez más vertiginosos que torna necesaria la adaptación en la manera de pensar y vivir la empresa, incluyendo una nueva manera de gestionar personas y recursos.

Si bien el libro está orientado a la gestión de las relaciones conflictivas en las organizaciones, las personas que las integran desempeñan múltiples roles en sus vidas cotidianas. Son directivos, ejecutivos, tienen personal a cargo o son dependientes, pero también son padres o madres, esposos, esposas, hijos, amigos, compañeros, etc.

Como más de una vez les digo a mis alumnos, en la medida que incorporemos estas habilidades en la gestión de los conflictos, mejoraremos nuestras intervenciones en los mismos independientemente de cual sea el conflicto o con quién lo tengamos.

En la lectura de esta primera parte, nos encontraremos reflejados directa o indirectamente sea porque integramos una organización o bien porque alguien de nuestro entorno lo está.

La segunda parte se centra en la gestión de los conflictos, comenzando por un diagnóstico sobre lo que considera 16 tipos elementales de conflictos, los que luego son analizados con suma claridad.

Algunos de ellos, según su análisis van desde conflictos de autoestima, de poder, de valores, de expectativas, estructurales, de información, etc.

Seguido al diagnóstico nos propone un plan de acción, trabajar sobre algunas preguntas para diseñar nuestra estrategia.

El trabajo sobre el plano emocional y la elaboración de un perfil del conflicto considerados como parte de esa estrategia. Cierra esta parte con 20 acciones que funcionan y 10 errores a evitar en la gestión de los conflictos.

La tercera parte del libro esta orientada a afrontar las diferencias. Nos introduce en el análisis de las organizaciones inteligentes, tomando dichos concepto de la obra de Peter Senge “La quinta disciplina”.

Nuevos conceptos vinculados al liderazgo que apuntan no solo a la tarea y objetivos de la organización sino tambien a la capacidad de captar las tensiones interpersonales y a la habilidad de influir en las personas.

Tal vez muchos de nosotros aún no estemos familiarizados con los conceptos de inteligencia colectiva, inteligencia emocional, social, ni las inteligencias múltiples de las que nos habla Howard Gardner, Posiblemente asociemos mas el término inteligencia a lo racional, al aprendizaje.

A partir de allí, en el último capítulo nos brinda algunas ideas respecto a los mecanismos de estabilidad en las organizaciones inteligentes.

Los diálogos apreciativos, la mediación interna discreta, la facilitación, la protocolización, son algunas de las herramientas para ello.

A lo largo de toda la obra el autor nos ilustra con algunos gráficos muy clarificadores que nos ayudan en la comprensión de los temas tratados.

Les recomiendo la lectura y sobre todo la puesta en práctica de las ideas del Profesor Redorta.