martes, 23 de junio de 2015

Sobre los objetos y objetivos


En anteriores ocasiones hemos trabajado sobre los roles de las personas en los conflictos. Asi estamos en condiciones de detectar e identificar actores y terceros (y sus respectivas clases) (Ver en este blog Relaciones Sociales, personas y roles)
Hemos hablado algo sobre la percepción que poseen las personas tienen de esa realidad o como veremos en otra oportunidad, cuál es la versión de la realidad que tienen. (ver en este blog, Las relaciones sociales, la percepción de la realidad y el sentido común)
En esta ocasión abordaremos el tema de los objetivos, para ir de esta manera cerrando la conceptualizacion del conflicto, que hemos tomado de Remo Entelman.
Hablar de los objetivos en los conflictos, implica referirse a las metas que tienen los actores. Lo que desean o prefieren y que perciben como incompatibles con lo que creen que quiere o prefiere el otro actor.
Asi podemos hablar de objetivos cuando ponemos nuestras metas en los objetos, materiales o inmateriales a los que cada uno le asigna un valor determinado Como cada persona tiene una relación única y particular con los objetos, cada quien le da distinto valor a los mismos, independientemente del que el objeto tenga por sí mismo.
Asi podemos, siguiendo a Entelman pensar en la existencia de 3 tipos de Objetivos, Concretos, Simbólicos y Trascendentes.
Serían Objetivos Concretos aquellos en los que coincide el valor que le asigno al objeto con el valor que el objeto tiene, por lo que en este caso dicho objeto sería fácilmente reemplazable por otro, o podría dividirse para satisfacer a ambos actores. Por ej, Si el profesor necesitara una lapicera para firmar el libro de temas y se la pide al alumnado, cualquier lapicera que le faciliten serviría para cumplir su objetivo.
Por su lado serían Objetivos Simbólicos, aquellos en los que el valor que se le asigna al objeto, supera al valor que el mismo objeto posee. En este caso el mayor valor para el actor, radica en una cuestión que puede ser sentimental, representativa, tradicional, etc.. Dicho de otra manera el objeto exhibido como tal, no es la meta deseada por el actor en conflicto sino más bien un representante de otra. Por ej, cuando dos hermanos discuten por sentarse en el asiento de adelante del automóvil, el objeto en cuestión no es el asiento, sino lo que representa viajar en el asiento delantero del coche y relegar al otro al asiento de atrás. O bien, cuando nos tiran esa remera vieja, descolorida que guardamos con tanto cariño porque fue la que usamos para ir al recital de nuestro grupo musical favorito. En este otro caso, cualquier otra remera que nos regalen no reemplaza a la anterior, pues el valor de esa remera está dada en lo que nos representa, no en el objeto “remera”.
En casos donde hay un objetivo simbólico percibido como incompatible, resulta más complejo trabajar con ellos dada la subjetividad puesta de manifiesto en el especial valor asignado por los actores.
Finalmente hablaremos de objetivos trascendentes, para pensar en aquellos en los que el valor mismo esta puesto como objetivo, porque no se divisa que esté anexo a un objeto tangible ni divisible. Cuando nuestra meta esta relacionada a un principio cualquiera, a una obligación legal o moral. Cuando “me corresponde” porque sería inmoral que él se lo quede. En este caso el objeto en sí mismo, pierde importancia, o desaparece frente al valor que uno le asigna. Es el valor mismo el objetivo que se persigue. Un ejemplo para este caso, es lo que sucede cuando concurrimos a un supermercado chino y ante la “excusa” de no tener monedas para darnos el vuelto, lo reemplazan por caramelos1. Si nosotros exigimos nuestro vuelto, porque consideramos que nos corresponde, aún cuando sean unas pocas monedas, estará más que claro que nuestro objetivo será trascendente y por ello difícilmente lo podrán entender el resto de los clientes que esperan su turno para abonar sus compras, pues para ellos son sólo apenas unas monedas.
Sin podemos tener claro esto, habremos avanzado muchísimo en la gestión de los conflictos.
El desafío a partir de ahora estará en tratar de comprender los objetivos de la otra parte, es decir darnos cuenta el valor que representa el objeto en cuestión para la otra parte, pues como decíamos anteriormente, no todos les asignamos el mismo valor a los objetos.
Un objetivo, puede ser concreto para una parte y simbólico para la otra, con lo que deberemos trabajar en un primer momento en detectar qué es lo que realmente quiere la otra parte y que valor le asigna a ese objeto que reclama.
Para ello, debemos mejorar nuestra comunicación, sobre todo la escucha activa y al correcto uso de las preguntas, como herramientas útiles. (Pueden ver los articulos correspondientes en este mismo blog)
Espero que les haya sido útil.


1 En Argentina, es costumbre que en los supermercados chinos, “el vuelto o el cambio” se entregue con caramelos, ya que usualmente los cajeros argumentan “no tener monedas”

jueves, 18 de junio de 2015

Comunicación No Verbal. Recomendación bibliográfica



Más de una vez me han consultado respecto a libros vinculados a la mediación y a la resolución de conflictos.

Por ello, decidí hacer público esas recomendaciones.

Iré subiendo a este espacio, sugerencias, referencias bibliográficas, artículos, libros, etc que les pueda resultar útil.

En esta oportunidad uno de los últimos libros que llegó a mis manos: Comunicación No Verbal de Sergio Rulicki en colaboración con Martin Cherny.

“Los gestos, posturas, miradas, tonos de voz y otros signos y señales no verbales constituyen un lenguaje complementario al de las palabras. Su conjunto se denomina CNV”

Este es uno de los primeros conceptos que nos brindan los autores sobre este mundo de la Comunicación No Verbal.

“El sentido más profundo, inteligente e incluso terapéutico de la CNV consiste en mejorar nuestra percepción y comprensión de las emociones, ayudamos a regular nuestro estrés, evitar comportamientos que perjudican la comunicación y hasta prevenirnos contra quienes intentan engañarnos.”

“Los estados emocionales expresan lo básico de nuestra conciencia” y citando a Daniel Goleman nos dice que “Así como la mente racional se expresa a través de palabras, la expresión de las emociones en lo no verbal”

Estos son otros de los aportes importantes que nos brinda el autor y que a mi juicio de lector, orienta la obra en general.

En este libro encontramos un estudio de la CNV, comenzando desde su rol en la cultura, donde analiza la función social de la CNV, donde se combina con la comunicación verbal.

Luego nos habla de la taxonomía de la CNV, ilustrándonos sobre sus 5 sistemas: el kinésico y sus subsistemas, el proxémico, cronémico, diacrítico y paralingüístico.

Con estos conceptos claros, nos introduce en la tipología genérica de actos no verbales, los que acompaña con ilustraciones y fotografías que nos amplían y aclaran los conceptos.

La expresión facial de las emociones, es otro de los aspectos que estudia el autor. Para ello toma las enseñanzas de Paul Ekman y asi trabaja sobre las 7 emociones básicas: la alegría, la tristeza, el miedo, el enojo, el asco, el desprecio y la sorpresa.

Continúa el autor desarrollando su obra y nos guía ahora en la observación e interpretación de la CNV. Aprender a diferenciar entre gestos, posturas, actitudes y estilos, nos brinda información importante respecto al estado emocional de las personas.

Cómo trabajar en la autopercepción, el diagnóstico y la interpretación de la CNV.

En la segunda parte del libro, el autor nos introduce en el manejo de las herramientas no verbales de la inteligencia emocional. Inicialmente nos define los estilos de dominancia, de cooperación o servicialidad.

Estilos de liderazgo, “juegos de poder”, los estilos de carisma, como se manifiestan y cuáles son sus características, son algunas de las ideas que trabaja en esta parte del libro.

Le dedica un capítulo al estudio del apretón de manos, el ritual del saludo y describe sus características morfológicos generales y los significados asociados a valoraciones, intenciones, actitudes y estilos.

Finalmente nos brinda algunas herramientas vinculadas a la CNV de la empatía y la asertividad,

La comunicación empática, cómo mejorarla a partir del diagnóstico y del monitoreo de la CNV.

El rapport, la escucha activa y la sintonía emocional de la expresión facial.

La asertividad y las cualidades de la voz para influenciarlo son aspectos que trabaja en esta sección.

En resumen, un libro interesante, muy claro y llevadero para la lectura. Indispensable para los docentes, comunicadores, mediadores y todo otro operador de conflictos.